Cuando el azar hace (un poco demasiado) bien las cosas
A principios de los años 60, un encuentro inesperado tiene lugar en Nueva York. Gérard Courtin, artista y artesano apasionado por el universo del perfume, conoce a James Kaplan. Este último le confiesa su amor por las artes en general: música, pintura, moda... Los dos hombres deciden entonces asociarse para crear una marca de perfume que se parezca a ellos: Jacomo. En 1970, desde su primer año de creación, la marca conoce un gran éxito. El primer perfume, Eau Cendré, encanta por su aroma y la apariencia de su envase. Esta fragancia, reservada para hombres, será seguida muy de cerca por el perfume Chicane, destinado a las mujeres. Desde finales de los años 90, Jacomo se ha unido al grupo Sarbec Cosmetics, el primer grupo familiar independiente francés de cosmética. Aún hoy, la marca se mantiene fiel a sus valores iniciales: la pasión, la calidad y la autenticidad.