Jean Louis Scherrer

La casa Scherrer: el arte en el corazón de todo

A su padre le hubiera gustado que fuera médico, él hubiera preferido ser bailarín profesional, pero al final fue el campo de la moda y la cosmética el que se abrió para Jean-Louis Scherrer. Tras un breve periodo en el Conservatorio Nacional de París, el joven Jean-Louis se vio obligado a interrumpir su formación tras una dolorosa caída. Se convirtió entonces en estilista, trabajando para Dior antes de colaborar con algunos de los nombres más importantes del negocio, como Yves Saint-Laurent y Louis Féraud. Tras años de ricas e interesantes colaboraciones, Jean-Louis Scherrer se sintió finalmente preparado para abrir su propia casa de moda. A principios de los años 60, instaló su taller en París y cosechó un gran éxito. En la cima de su fama, Jean-Louis Scherrer decidió vender la empresa al grupo japonés Seibu. Destituido y apartado de la empresa que había creado, Jean-Louis Scherrer falleció el 20 de junio de 2013.

"La pasión del momento. El eterno femenino"

Jean-Louis Scherrer era un diseñador discreto, que trabajaba en la sombra con los materiales más lujosos. Las campañas publicitarias de la marca eran escasas y el éxito provenía principalmente del aura y la reputación del diseñador. A pesar de ello, un cartel publicitario causó una impresión duradera: el del perfume Jean-Louis Scherrer en los años ochenta. "La pasión del momento. El eterno femenino", rezaba el eslogan. Escotes pronunciados, rostros ocultos, todo es sugerencia. Sexy y glamurosa, esta publicidad contribuyó al éxito de la fragancia.

Pero Jean-Louis Scherrer es también una empresa familiar. La hija de Jean-Louis Scherrer fue durante mucho tiempo la principal musa de la casa. Como modelo, encarnaba a la perfección la imagen de marca de la empresa de su padre. Hoy, las boutiques Scherrer ya no existen. Pero la grandeza de su creador permanece eterna.