El destino de un creador extraordinario
Nacido en 1922 en Venecia, aquel a quien hoy llamamos "Monsieur Cardin" creció sin embargo en Francia, en Saint-Étienne, desde los 2 años. Ambicioso y muy imaginativo, el joven sabe desde muy temprano lo que quiere y cómo lograrlo: no duda en mudarse a París para formarse en la moda, con Paquin, Schiaparelli y luego Christian Dior. Además de forjarse una sólida experiencia, conoce a Jean Cocteau, quien se convertirá en su amigo más fiel e introducirá sus creaciones de vestuario en el set de la obra maestra La Bella y la Bestia.
Todo se sucede rápidamente para el creador genial: sintiendo que se acerca la era de los cortes gráficos, los materiales innovadores y el prêt-à-porter que reemplaza a la alta costura, Pierre Cardin se destaca en los años 1950 y 1960 como aquel que realmente lleva la moda a la calle. La gran Lauren Bacall luce sus famosos vestidos "cardines", y él continúa su ascenso hacia el éxito inspirándose en sus viajes: desfiles en Rusia, implantación en Asia y Oriente, encuentro con Nelson Mandela, condecoración con la Legión de Honor...
Es en 1972 cuando tiene la idea de lanzar su primera fragancia masculina, que se volvió icónica: Pour Monsieur.