Un universo cargado de emociones y dulzura
Fue en 1976 cuando la creadora descubrió el oficio de perfumista en la casa Robertet. Soñaba con crear un perfume inédito a su imagen. En 1980 abrió su tienda y comenzó a crear sus propias fragancias. Trabaja en aromas delicados, femeninos y auténticos. Todas sus creaciones reflejan su propia historia. Nos hace compartir su universo lleno de emociones y tradición.
Además, presta especial atención a la estética de sus frascos. Son el reflejo de la sensibilidad presente en sus perfumes. De hecho, esta mujer excepcional y visionaria se esfuerza por ofrecer frascos muy elaborados para satisfacer a su público. Ya sean transparentes o con pompones, estos perfumes son verdaderas joyas visuales, sensitivas y olfativas. Nos invitan a vivir aventuras perfumadas inéditas.